Todo lo que viene de fuera parece que es mejor. Desde aquí miramos al mundo para ver qué nos gusta, qué no tenemos y qué podemos importar. Pero a veces nos perdemos en el proceso y no tenemos en cuenta que, muchas ideas o productos que causan sensación en el extranjero, puede que no tengan una aplicación realmente práctica en nuestro entorno. Yo no me veo comiendo pavo en Acción de Gracias. Ni siquiera me imagino celebrando esa fiesta. Bastante poco me gusta ya Halloween.
Con el Black Friday pasa un poco lo mismo. Hay que tener claro el propio concepto, y el contexto en el que surge y se desarrolla en Estados Unidos. Un contexto que para nada es el nuestro.
Este Viernes Negro adelanta las compras de Navidad, una Navidad anglosajona es más corta que la nuestra y que no da paso a una temporada de descuentos, porque en EEUU las tradicionales rebajas de enero no existen. Adelantar las compras de Navidad pensando en primar cantidad a calidad desvirtúa una tradición que sí es nuestra. Parafraseando a las Hermanas Zubizarreta: «La Navidad es un periodo de compras de deseo para todos y el momento del año donde sacamos lo mejor de nosotros mismos para regalar, por lo que creemos en comprar menos pero mejor. En vez de siete regalos rebajados, quizá sea mejor elegir uno con cariño».
Por otro lado, hay que tener en cuenta que este tipo de acciones están pensadas para grandes cadenas que producen un gran volumen de stock, no para comercios de carácter tradicional. Nuestros comercios venden un producto exclusivo, con colecciones de gran calidad y cerradas que permanecerán invariables toda la temporada. No somos grandes cadenas ni tiendas low cost, donde la rotación de producto es vertiginosa.
Yo me planteo si adaptar ese modelo es beneficioso, pero cuanto más lo pienso, más fuelle pierde esa idea. Si todo nuestro trabajo diario se centra en cuidar la relación calidad-precio y, sobre todo, en cuidar la relación con nuestra clientela, para que se quede con nosotros mucho tiempo, ¿qué sentido tiene realizar ventas basadas en el consumismo innecesario solo porque el producto está supe rebajado? La sostenibilidad empieza por un consumo responsable, que a la larga redunda en poner en valor los productos de slow fashion que vendemos en nuestros comercios.
Somos conscientes que, en estos momentos de crisis sanitaria muchos comercios lo están pasando realmente mal. Sin embargo, deberíamos valorar si recortar los márgenes de beneficio con motivo del Black Friday puede ser pan para hoy y hambre para mañana. Dudo si una inyección momentánea de liquidez a cambio de tirar los precios de nuestros productos quitándoles valor puede salvar la facturación.
Llegados a este punto, poco más queda por añadir. Cada comerciante puede hacer lo que crea más conveniente para su negocio, pero desde el punto de vista del comercio de proximidad, el de barrio de toda la vida, que ajusta al máximo sus precios, invitamos a la reflexión sobre el trasfondo de estas campañas.
コメント